Ensayo: urgando la fama de la CIA en los pueblos de América en especial Venezuela
La CIA es una quimera
Por: Yoel Caigua
Comunicador Social. UCV
Los jóvenes países democráticos han albergado en los imaginarios de sus pueblos un supraconcepto y a veces esotérico sobre la CIA (Central Intelligence Agency). Después de un escaneo histórico de las publicaciones de contexto comunicacional masivo con contenido sobre la CIA, me veo en la imperiosa necesidad de hacer un comentario, análisis, opinión, ensayo, conclusión a efectos de emplazar los distintos imaginarios o el imaginario sobre la CIA.
La CIA oficialmente es una agencia de inteligencia con carácter gubernamental de Estados Unidos de América. Desde la perspectiva más cristiana es un organismo burocrático intestino del aparato de gobierno estadounidense. Así como existen muchos otros organismos dentro del inmenso universo del Estado de ese país. La pregunta de las mil locha es: ¿Por qué la CIA siendo un módulo más de la administración de Estados Unidos tiene tanta reverberación en pueblos pobres del mundo? Mas en el caso de América latina, que es el área que nos ocuparemos en este texto. Pregunta a la cual llegué después de investigar qué diablos en definitiva era la CIA, axiomáticamente hablando.
Quizás escribir este texto me tarde unas dos horas, pero para llegar a la pregunta de las mil lochas y luego responderla ha sido un largo camino, el cual transité sin apuros pero sin detenerme, aliñándolo con otros conocimientos tantos académicos como vivenciales, de modo de no perder el tiempo si naufragaba la investigación, estoy hablando de una década al menos.
La pregunta de las mil lochas, el ¿por qué una herramienta de gobierno llega a ser boleada por labios de pueblos, transformándose en parte de un vocabulario coloquial? Tal como se habla de la CIA en los pueblos de América Latina, por encapsular nuestro caso. La respuesta la encontré mediante una técnica llamada análisis de contenido. Después de dar rienda suelta a la voraz inquietud por saber qué era la CIA, producto de escuchar a personas apasionadas construir historias detractoras de esas tres letras. Esta voracidad me volcó en buscar y consumir cualquier documento escrito que hubiera sobre la CIA. Transité por cantidades de libros, revistas, periódicos, artículos, películas y cuanta información pudiera recopilar en papel, video, audios, fotografías, cine, televisión.
Aun así no encontraba la respuesta de las mil locha, como investigador y con nivel académico podía conocer lo que había investigado. Pero cómo el común de las personas había incorporado ese concepto en su vocabulario. A estas alturas ya había descubierto algunas cosas. Y una era, que el ochenta por ciento de las aseveraciones que popularmente se daban eran falsas, por no contar con elementos de sustentos. Asunto que tampoco nadie solicitaba.
Debido a que en la investigación sistemática, formal y académica para encontrar respuesta a esta interrogante, no satisfizo mi inquietud. Se me vino la idea de enfocar el análisis de contenido en las personas que asiduamente realizaban comentario sobre la CIA y también a las personas que mantenían en su vocabulario esas tres letras y la utilizaban alegremente como salsa al espagueti. O sea, investigar en fuentes vivas. Al aplicar esta técnica pude visualizar la respuesta de mi interrogante como una visión mágica. Así como se lograban ver las figuras ocultas en las imágenes abstractas que estuvieron de moda en Caracas a principios de los 90’.
La respuesta a por qué la CIA gozaba de popularidad en la gente común, siendo un concepto del gobierno de Estados Unidos, algo que nada se relaciona con nuestra cotidianidad. Estaba en que esas personas conversadores y detractores mantienen afinidad a la revolución cubana, hablan maravillas de los soviéticos y cargan un libro rojo en su portafolio. Este libro con un formato biblia de mano destacándose en su portada una sola línea de texto en dorado: Mao Tse-tung.
Mi reacción al encontrar la respuesta que había planteado, fue una sensación de sorpresa en la ignorancia. Me sentí levitando en una burbuja de conocimiento, picardía e injusticia. Bueno desde allí surgieron más y mas preguntas, de las cuales utilizando la misma técnica también encontré respuestas.
Volviendo al tema de la CIA. Si, esas personas con el libro rojo de Mao Tse-tung dentro su portafolio se habían encargado de difundir imaginarios sobre la CIA por doquier. He aquí que descubrí que además de las personas, el lenguaje también es propenso a ser incauto. Una pila de personas que hablaban y los siguen haciendo sobre la CIA, con un sin razón y vehemencia como si estuvieran ufanando a un evangelio pero en su detrimento. Es oportuno agregar el comentario que solo públicamente he visto esa vehemencia a los predicadores pentecostales y a quienes hablan de la CIA. Y digo para decir detractores. Por el mismo hecho que la CIA es una agencia de inteligencia que hace trabajo de Estado, sus actuaciones son por naturaleza en alto grado discretas. Es por ello jamás se encontrara una esquina caliente pregonando bondades de la CIA. Este es un comentario en honor a la razón y la cordura.
Más de la mitad de los documentos analizados en diferentes formatos, al inicio de la investigación, fueron objeto de un segundo análisis en virtud de hurgar sobre el autor o la procedencia, o sea la fuente, para darle una terminología periodística. La sorpresa se asocia con la conclusión, cuando hice el analice de las fuentes vivas. Los escritores, productores, editores, comentaristas también eran fans de Fidel Castro, y a los que pude conocer, llevaban el libro de Mao Tse-tung de manera portátil.
Pero, el objeto de este texto es informarle a quienes conforman ese evangelio y se consideran evangelizadores para detractar de la CIA. Que si utilizan esa energía para desarrollarse personalmente, para desarrollar a su familia o al menos para formar una. O hablando en pretérito, si estas personas hubieran consumido esa energía que gastaron evangelizando a la gente en plazas, pueblos, escuelas y universidades en aras de formar una negativa sobre la CIA. En vez de eso su dedicación hubiese sido el trabajo productivo, hoy fueran grandes empresarios en buena lid, una contribución al buen desarrollo del país.
Este texto también es para informarle formalmente a quienes han sido discípulos de estos evangelizadores detractores de la CIA, que han sido objeto de un engaño político, ideológico, histórico, sistemático y gubernamental.
Esa minuciosa campaña desplegada para formar detractores de la CIA, logró inflar la imagen de un organismo de Estados Unidos, la imagen negativa. Tal negatividad fue tan grande que le dio una grandeza a la CIA, la cual no tiene ni tampoco se merece.
Pues, si bien es cierto que la campaña contra la CIA logró cantidad considerable de militantes, simpatizantes y amigos en las clases populares, de los países de América Latina y en el caso particular de Venezuela. Creando así imaginarios grandilocuentes, oscuros y hasta esotéricos del principal organismo de inteligencia gubernamental de Estados Unidos. Esa imagen lograda en y por los simpatizantes de Carlos Marx, también creó un imaginario en la sociedad anticomunista y antifidelista de sobreprotección, por supuestos tentáculos ocultos, misteriosos y omnipresentes auspiciados por la CIA, sustentado por Estados Unidos. Este último imaginario con lo vivido actualmente en Venezuela, solo fue una falsa y cruel creencia.
En este sentido el título: “La CIA es una quimera “. No porque no exista la CIA como tal, ni tampoco es que sea débil y tampoco no esté presente en muchos países del mundo. Pues, si en cualquier país funciona un McDonald, como no pueden operar funcionarios de la CIA. Esta última frase sonó como salida de un predicador comunista. A propósito a estas alturas de la historia los comunistas no se declaran comunistas sino anticapitalista, he aquí el Silogismo.
Sí, la CIA es una quimera desde la intensa y expansiva campaña llevada a cabo por los comunistas desde los años cincuenta hasta nuestra era. Logrando construir una imagen monstruosa de la CIA, que desde ese imaginario se le dio un poder que no tiene y nunca tuvo. Pero mejor para el perro si la perra es chucuta.
Pero los incautos no solo fueron los que se sumaron y creyeron en buena fe en esta campaña detractora. Sino que también cayeron incautos políticos demócratas, que se dedicaron a consumir como lectura los escritos de los evangelistas contra la CIA. Por supuesto, que los demócratas en una mezcla de flor con viveza crearon su propio imaginario. Aquí ocurrió algo impresionante desde la perspectiva política y colectiva. Y es que en vista de la información fabricada por los comunistas, los demócratas crearon su imaginario de la CIA, de la no creencia a los comunistas que eran los únicos que hablaban del tema de la inteligencia gubernamental de USA. Y el imaginario de los demócratas fue que de ser cierto que la CIA era tan fuerte e intensa como lo decían los comunistas, a quienes los demócratas no les creían nada, por cuestiones de posición política. Pero de ser cierto, que la CIA, estaba en las plazas, en los hospitales, en las escuelas, en las universidades, en el carrito de perro caliente, en la iglesia, en los pueblos, en la policía, en el ejército, en el vendedor de rompecolchon en la Guaira y Carúpano. Entonces los demócratas decidieron que para qué hacer trabajo político, si según los comunistas, la CIA ya estaba haciendo ese trabajo. He aquí la causa de los males de la democracia hoy día.
Es por eso que la CIA es una quimera, y lo es por los imaginarios creados tras la campaña detractora e evangelizadora llevada por los comunistas de manera permanente, recurrente, vehemente y fanatizante. Es una quimera, porque los demócratas políticos han creído, sin querer creer, aquellas mentiras de los hoy ex soviéticos, y formaron una imaginaria y falsa protección proveniente de otro imaginario forjado por el fanatismo y medias verdades que mas rayan en la mentira.
Es mentira esa grandiosidad dada a la CIA. Y es un deber exponer la conclusión a manera de puntualizar, definir e ilustrar, tanto para tirios y troyanos de buena voluntad y en honor al conocimiento verdadero. Que La CIA es un organismo burocrático del gobierno de Estados Unidos. Es uno más del gran universo de instituciones de ese país. De hecho hasta página web tiene. Los que la quieran saber la pueden buscar por google, pues como ya se afirmó, es un organismo del gobierno de USA por lo tanto no es clandestino, es mas tiene sus oficinas y hasta teléfono.
Aquí la ilustración, tengo que utilizar este tono porque esto también va dirigido a políticos e ignorantes de la política, en algunos casos son los mismos. El trabajo que hace la CIA, entre otras cosas de poca importancia, en cuanto a la política de Estado. Consiste en monitorear aspectos militares con técnicas civiles en todos los países del mundo y hacer informes de carácter gubernamental militar y entregarlos al ejército de su país. Hay que ilustrar también que esta actividad es rutinaria y oficial en todos los estados naciones del mundo incluyendo algunos reinos. O sea, es una actividad a fin de los gobiernos.
A los falsos mitos, se le informa que la CIA no apoya a partidos políticos, ni busca votos, ni monta toldos y ni hacen call center. Tampoco va a las marchas, no se pone camisetas de ningún partido, no declara por los medios de comunicación social. No le levanta la mano a ningún político ni crea o fabrica líderes sociales. O sea, no interviene en la intrinsiquedades de la vida civil interna de un país.
Esto tanto para los comunistas que creen que los líderes democráticos que surgen a la palestra pública los fabrica la CIA, están pelaos. Como también se pelaron quienes les creen a los comunistas, que si alguien se levanta a favor de la lucha democrática, va a venir un agente de la CIA para alquilarle una sede, mandarle a comprar café e instalarlo en una oficina con aire acondicionado, comprarle una camioneta blindada para que haga campaña. Nada de eso. La política de partido en democracia es dura, cruel, larga, sola y puede ser en la mayoría de los casos ingrata.
Afinando más en detalles, las personas que trabajan en la CIA son funcionarios públicos sometidos a todas las leyes que imperan tanto en su país como en los demás países, donde están desempeñando su trabajo. Estos funcionarios pueden ser objetos de remoción, sustitución, cambios, destitución, jubilación, pensión. Gozan de seguro médico, bono de alimentación, prima por hijos, convenios con otros organismos, como universidades, tienen vacaciones una vez al año. Tienen supervisores, jefes, directores, son auditados por el área de recursos humanos. Y como todo funcionario público estadounidense, sueña con jubilarse y disfrutar viajando por muchos países en pantalones tipo bermudas con zapatos deportivos de alguna marca que siempre hayan usado. Siendo Estados Unidos una nación con tradición de guerra al menos en los últimos sesenta años. El grueso de las personas que ingresan y trabajan en la CIA proceden de familias ligadas al mundo militar. Es la tradición que allí impera, con sus debidas excepciones.
La CIA es una quimera, tanto para la monstruosa imagen creada por los comunistas, como para la imagen de sobreprotección que se crearon los demócratas. Dentro de las aseveraciones que hacían los comunistas, en cuanto que la CIA fabricaba candidatos, partidos, sindicatos. Todo esto sobre la base de laboratorios asesorados por los extraterrestres. Aquella teoría comunista de los laboratorios de la CIA para crear animación social. Cosas que los demócratas no creían pero se colgaban de la ignorancia en el caso venezolano del refrán de que vuelan, vuelan.
Los llamados trabajos oscuros que tanto maximizan los comunistas. Y esta información va para los demócratas. Pues los funcionarios de la CIA hacen carrera profesional dentro de su trabajo. Y he aquí lo oscuro. Un agente de la CIA después de algún tiempo de servicio y de acuerdo a su capacidad de superación como profesional, propone la realización de algún proyecto y para ello debe estudiar en tal y cual universidad. Estos casos muchos son espontáneos y también se dan de manera institucional o de oficio, como se dice en la administración pública venezolana. De los estudios formales realizados por los funcionarios estudiantes e investigadores académicos surgen propuestas que son en primera escala realizadas a nivel de tesis académicas. De acuerdo al éxito obtenido como proyecto académico, o sea que fue exitoso en teoría. Entonces surge como propuesta formal para la Agencia. De allí vienen un conjunto de pasos a seguir o protocolos de aprobación que en la mayoría de los casos dependen del permiso del cuerpo legislativo de EE.UU. o del propio Presidente de esa Nación. En caso de ser aprobado, los proyectos pasan por otro protocolo o fase experimental. Estos experimentos son realizados a manera de prueba y a escales de menor a mayor. Los proyectos que pasan la fase de aprobado y llegan a la fase de prueba o experimental, son realizados por otros funcionarios que nada tuvieron ver con su origen. Y en muchos casos, el autor del proyecto ya a esta etapa se ha jubilado o se encuentra ejerciendo una jefatura en cualquier otro organismo del Estado.
Otro dato más, las propuestas de proyectos de la CIA surgen para beneficio de EE.UU y no para beneficiar a ningún país, menos personalidades algunas de otros países. Esto para aquellos políticos demócratas, que de tanto escuchar a los comunistas piensan que la CIA le va a solicitar una hoja curricular para ponerlo a cobrar por la nómina de ese organismo. Y en cuanto a los comunistas, los proyectos que surgen del seno de la CIA, en su mayoría terminan en algunos escritorios de altas gerencias empresariales para desarrollar más la economía en algún producto de uso masivo.
En realidad la mayoría de los proyectos realizados desde la CIA, al menos en los últimos 20 años ni siquiera mencionan la palabra comunista en sus textos. Para tranquilidad de los comunistas, cosa que es imposible. Los proyectos que surgen de la CIA son hechos por personas, que ni siquiera han leído a Carlos Marx, ni muchos menos a Mao Tse-tung. Y en la mayoría de las veces confunden la figura del Che con la de Bob Marley.
He aquí develado el funcionamiento y la operatividad de la CIA. Cosa que saben todas las personas serias, ducha en Administración Pública en cualquier país serio del mundo. Además de las academias, organismos no gubernamentales, etc.
De haber sido verdad algunas de las hipótesis que predican los ex soviéticos, sus discípulos y seguidores. La CIA, con esa monstruosidad que le atribuyen, jamás hubiera durado tanto tiempo Fidel castro en el poder. Los comunistas no se hubieran instaurado definitivamente en Corea del Norte, no se hubiese dado la Guerra de Vietnam, la China no hubiera mantenido su comunismo. En Venezuela nunca hubieran ganado los comunistas y las tribunas comunistas en el mundo habrían sido suprimidas.
Entonces, en cuanto a los evangelizadores detractores de la CIA su mito es falso. Se le hizo un gran favor a la CIA en vez de hacerle un daño, al crearle esa imagen de omnipresente, de supervigilante, de ultra tentáculos, supraestadal. En fin esa imagen tan poderosa que se le creó a la CIA y que también las creyeron quienes no le creían a sus detractores. Esa imagen gigante se la crearon sus detractores en su afán de descalificarla. O sea, que en vez de un mal le hicieron un bien. En tal caso la CIA es una quimera por la grandeza que le dan los comunistas y la imagen sobrepectectora que creyeron los políticos demócratas.
La CIA es una quimera, pues si consideramos las creencias de los demócratas, al final creyéndoles a los comunistas. Que la CIA desplegaba un gran e inmenso presupuesto financiero para proteger las democracias del comunismo en América Latina, de esta manera los políticos demócratas asistieron a una autoestafa. Al menos que el estafado sea el gobierno de USA, cosa que dudo. A los gringos les cuesta una y parte de la otra para soltar un dólar, y menos para el extranjero. Pero como buen venezolano: “de que vuelan, vuelan “.
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